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Rincones de Murcia

  • Foto del escritor: Pedro Ponce
    Pedro Ponce
  • 3 may 2017
  • 6 Min. de lectura

Fachada de la escuela de Danza

La chica que marca sus pasos

Una calle de Murcia

Fachada La Santa Iglesia Catedral de Santa María

Sobre el año 1500, en Murcia apareció un mendigo que dijo ser escultor y que era capaz de hacer, sin cobrar un maravedí y a cambio sólo de asilo y alimento, una cadena esculpida en piedra, que podía rodear la Capilla de los Vélez, entonces en construcción, e incluso la Catedral entera. El Marqués de Vélez, de apellido Chacón y Fajardo, le conminó con aspereza:

– Si la obra no me gusta, morirás en la horca. – ¿Y si os gusta?, -preguntó el anónimo loco. – Entonces salvarás tu vida…

Tras siete años de trabajo, en la Nochevieja de 1507, la obra estaba finalizada y fue presentada al noble. Tanto él como el obispo y los séquitos de ambos, quedaron maravillados por la perfección y el encanto del trabajo. A partir de entonces, todos alababan y agasajaban al artista y terminaron apodándolo cariñosamente “El Cadenero”. Cuando éste, anunció que había decidido marcharse y seguir su camino, el Marqués de Vélez, temeroso de que pudiese realizar alguna obra parecida en otros lugares, lo mandó apresar, arrancarle los ojos, cortarle ambas manos y encerrarlo en una prisión. Así se garantizó para siempre la posesión de una obra de arte única.

La cadena, está tallada en dura piedra caliza, tiene unos 90 eslabones de alrededor de un metro de longitud cada uno, rodeando la Capilla de los Vélez de la Catedral. La leyenda desde luego, es muy interesante.

La Catedral de Murcia contó con una primigenia torre durante el siglo XV. Una torre sencilla, de estilo gótico que en 1467 acompañaría al conjunto catedralicio durante la consagración del templo.2​

Las obras de la torre actual fueron iniciativa del obispo de la diócesis de Cartagena, el cardenal Mateo Lang de Wellenburg, cuyo proyecto dio comienzo en 1519 de la mano de los arquitectos florentinos Francisco y Jacobo Torni, llamados "Florentino" por su ciudad de origen. Tras los estudios iniciales, los trabajos dieron comienzo el 19 de octubre de 1521, día de la colocación del primer sillar.

Vista de los últimos cuerpos de la torre. Parte superior del tercer cuerpo, el cuerpo de conjuratorios y el de campanas diseñados por Juan de Gea en 1765 y el remate neoclásico de Ventura Rodríguez.

Las obras del segundo cuerpo dieron comienzo en la década de 1540 de la mano de un nuevo arquitecto, Jerónimo Quijano, que respetó la ordenación de espacios que había sido planteada en el primer cuerpo por los Florentino. En este punto fue cuando apareció el problema de la inclinación o asiento de la torre hacia su cara NW, por lo que las obras quedaron paralizadas tras la terminación del segundo cuerpo.

No fue hasta 1765 (más de doscientos años después) cuando se reanudó la construcción de la torre, gracias a algunos de los arquitectos o canteros que trabajaron en las obras de la nueva fachada principal o imafronte de la Catedral (1737-1754) y del nuevo Palacio Espiscopal (1748-1768), como Juan de Gea (que diseñó los planos) y el maestro José López, que dirigió las obras.

La Santa Iglesia Catedral de Santa María

El primitivo Palacio Episcopal de Murcia se encontraba hasta mediados del siglo XVIII en la manzana configurada por las calles Salzillo por el oeste, calle Azucaque por el norte, Polo de Medina por el este, y la actual plaza de Belluga por el sur. Aquel primitivo palacio renacentista ocupaba gran parte de lo que hoy es la mencionada Plaza de Belluga, creada a raíz de la reforma urbanística de los alrededores de la Catedral tras la construcción de la nueva fachada principal del templo (o imafronte) entre 1738-1754.

Como parte de la reforma urbana que dio lugar a esta plaza se pensó en construir un nuevo palacio episcopal en el solar que hasta entonces ocupaba el palacio del Adelantado Mayor del Reino de Murcia, propiedad de los marqueses de Los Vélez, justo enfrente del emplazamiento anterior y que quedó presidiendo la nueva plaza de Belluga, que en aquel entonces se llamó plaza del Palacio.

La construcción del actual Palacio Episcopal se inició en junio de 1748, impulsada por el obispo Juan Mateo, con maestros locales vinculados a Jaime Bort, como Pedro Pagán, José Alcani y Martín Solera, activos en la obras de la fachada catedralicia.

En 1757 los trabajos proseguían muy lentamente, por lo que el Cabildo Catedralicio solicitó al obispo Diego de Rojas y Contreras que buscara un nuevo director de las obras en la Corte, donde se encontraba el obispo. Allí solicitó un proyecto que fue revisado por José López (discípulo de Bort), que fue quien realmente estuvo al frente de las obras.

Tras una nueva paralización de los trabajos en 1761, Baltasar Canestro (arquitecto de origen italiano) se hizo cargo del proyecto en 1765, concluyéndose en 1768.

Durante la Guerra de Independencia Española, cuando las tropas francesas del general Soult entraron en Murcia sometiéndola a un brutal saqueo, utilizaron el Palacio Episcopal como Cuartel General.

Así mismo, cuando la ciudad recibió la visita de Isabel II en 1862, el palacio sirvió de residencia a la monarca, al igual que cuando Alfonso XII viajó a Murcia ante los trágicos efectos de la riada de Santa Teresa de 1879.

Puerta del Perdón La Santa Iglesia Catedral de Santa María

Torre La Santa Iglesia Catedral de Santa María

La Santa Iglesia Catedral de Santa María

La Santa Iglesia Catedral de Santa María

Puerta de los apóstoles

Los soportales de la Catedral de Murcia son lo que se conoce como “falso histórico”… un postizo… vamos, que ni pertenecen, ni son un elemento propio de la Catedral.

Fueron construidos tras la Guerra Civil para sacarle rendimiento comercial a los bajos, como si fueran una especie de bulevar.

En estos bajos comerciales sí se encuentran las antiguas arcadas del viejo claustro catedralicio. Demolidas algunas de las antiguas casas de los canónigos, se ha recuperado la parte alta de la llamada Portada de la Anunciación, que en su día fue la portada gótica que daba acceso al claustro catedralicio.

Pasarela del Malecón o de Manterola

También del siglo XX, concretamente de 1997, es la pasarela curva que el ingeniero navarro Javier Manterola diseñó para unir las dos riberas del Segura, en la zona del Malecón y el barrio del Carmen con Verónicas y el Almudí. Su diseño asemeja un barco con un mástil de 30 metros de alto al que van unidos 45 tirantes de acero, de los que treinta sostienen la base y quince actúan de contrapeso entre la estructura y el islote artificial, formado en el lecho del río, en el que se colocó el citado mástil.

Puente Viejo o de Los Milagros

El puente Viejo se llama así porque es el más antiguo de Murcia, se empezó a construir en 1718 y se terminó en 1742. Se le conoce también como el de los Peligros, porque en el extremo que enlaza con el barrio del Carmen, se construyó un templete dedicado a la Virgen de los Peligros. Cuentan que todo aquel que tenía que atravesar el río invocaba su protección por el miedo a las terribles riadas que provocaba el Segura a su paso por Murcia.

DESCUBRIENDO EL BARRIO DE SAN PEDRO

Seguro que este fin de semana entre San Valentín, los Carnavales y las comidas familiares de los domingos no hemos hecho otro cosa que comer y beber. Por eso para rebajar esas calorías extra hoy os propongo dar un pequeño paseo y descubrir los rincones de uno de los barrios más antiguos de Murcia, el Barrio de San Pedro.

Si el Barrio de Santa María – San Bartolomé puede considerarse el más antiguo de la ciudad, el barrio de San Pedro forma parte también de ese núcleo inicial de la Murcia más antigua. San Pedro es el barrio que me vio crecer, un barrio que me encanta, lleno de historia e historias, repleto de tradiciones, de restos arqueológicos, de estrechas calles, de tapas, de bares, de buena gente... Un lugar donde lo tradicional y lo moderno conviven en total armonía.

Calle San Pedro

En la Edad Media, durante la dominación árabe, esta plaza era el origen de un gran vial comercial que atravesaba la ciudad de Murcia y que parece ser terminaba en la actual plaza de los Apóstoles. Una calle llena de zocos, corralas y tiendas que servían a los habitantes de la ciudad. Cerca de la iglesia se han encontrado restos de lo que pudo haber sido una corrala de época andalusí. Este elemento, junto con las numerosas viviendas excavadas, así como la presencia de al menos un baño público (destruido en los años 50), hacían de San Pedro un próspero barrio medieval ordenado en torno a esta calle y su mezquita.

Palacio del Almudí

El palacio Almudí es un edificio histórico situado en la ciudad de Murcia (Región de Murcia, España), concretamente en el Plano de San Francisco, edificado a comienzos del siglo XVII, en origen fue pósito municipal de trigo, luego cuartel de caballerías en el siglo XIX y Palacio de Justicia desde 1886, dedicándose a sala de exposiciones y archivo municipal tras la restauración que vivió a finales de siglo XX.


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